domingo, 2 de marzo de 2008

CRONICA

El decomiso de productos
agrícolas en la isla

POR: FARA ARMENTERO.



Torriente es un pueblecito ubicado en el municipio Jagüey Grande en la provincia cubana Matanzas, muy cercano a la Ciénaga de Zapata. Allí reside Teresa, Cecilio y sus tres hijos. El es nacido en Torriente, la esposa y los niños en la capital del país.

Cuando los hijos de esta pareja eran niños vivían con la madre en La Habana, mientras Cecilio trabajaba y residía en su pueblo natal. El hombre iba a la capital cada dos o tres meses y le llevaba a su familia viandas, frijoles, frutas y miel de abejas, entre otros productos agrícolas.

Por su parte, Teresa compartía los alimentos que le llevaba su esposo con familiares y vecinos.

Un día la maestra de primer grado Magdalena visitó a Teresa y le dijo a ésta: "Mira lo que me dio Wilmer (el más pequeño de los tres hijos de la pareja)", al tiempo que sostenía un hermoso mango entre las manos.

"Sí, ¿tienes miedo comerlo?", le contestó jocosamente a la educadora.
"No, Teresa, es que como él me lo regaló no sé si tú tienes conocimiento de ello" -explicó Magdalena.

"Mira, no te preocupes Magdalena, desde anoche Wilmer separó ese mango para tí -apuntó la madre del niño- mira a ver qué haces con él".

"¿Con el mango o con el niño, que es uno de los que me tiene el aula revuelta?" -inquirió la maestra.

"Con los dos. De todos modos muchas gracias por la preocupación" - añadió Teresa.

Tanto Teresa como su esposo siempre actuaban de esta manera para aliviar alguna necesidad. Lo hacían alegre y sinceramente.

Con el tiempo y gran esfuerzo Cecilio pudo fabricar una casa pequeñita y comenzaron a vivir juntos en Torriente.

Por suerte, este compatriota se libró del peligro de seguir con sus viajes a La Habana.

Un mal día 17 personas fueron detenidas por la policía en el tramo de la autopista nacional que conduce a Torriente, según me afirmó Luis Amaya Fleites, un residente de la zona. La mayoría de los detenidos eran mujeres. Llevaban jabas con productos agrícolas. Les decomisaron los alimentos y les impusieron multas a todos.

"La gente considera arbitrario este procedimiento porque todo el que carga viandas, frutas, hortalizas y otros productos hacia La Habana no siempre es para lucrar, y generalmente los que comercian con ellos lo hacen para ganarse el sustento de cada día" -me comento Amaya Fleites.

No mas de una vez se han levado arrestadas a varias personas que comercian con productos agrícolas, Hubo un caso en que un carro patrullero se volcó por ir a exceso de velocidad. "La policía no sólo pone en riesgo la vida de sus integrantes, sino también la de los detenidos" -precisó el hombre.

Recuerdo que mientras Amaya Fleites me narraba estos hechos pensé en Cecilio, Teresa y sus hijos.

Menos mal -pensé- que Cecilio ya no tenía que llevarle alimentos a sus hijos a la capital, ¿quién sabe qué le hubiera sucedido a este buen padre?

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